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fans club de griselda siciliani

Gri en los premios Ace

20:34, Posted by Anónimo, No Comment




estuvo presente en los premios ACE donde acompaño al elenco "sweet charity" q gano como espectaculo musical

fuente: carajo-mierda.blogspot.com

Gri en Revista Para Ti

8:09, Posted by Anónimo, No Comment



“Ahora no puedo pasar por la puerta de los colegios”

Griselda Siciliani:
Es actriz y bailarina. Formó parte del under teatral porteño y trabajó en prestigiosas comedias musicales. Protagoniza la tira infantil más exitosa de la televisión y para los chicos ella es “la mamá de Patito”. En charla con Para Ti, no teme confesar que cuando encontró la fama perdió un amor importante y que su historia tiene algo de “patito feo”.


Miles de chicos gritan desaforados cuando ella aparece en el escenario. Bailan, saltan y cantan todas las canciones hasta quedarse sin voz. Hasta hace muy poco, Griselda Siciliani (29) soñaba con vivir algo así o parecido. Pero jamás se imaginó llenar dos funciones (durante los fines de semana) en el Teatro Gran Rex. “Los chicos tienen mucha energía, te agotan, tenés que estar a la altura de las expectativas de alguien que está a full. No podés estar a media máquina”. Afuera, una multitud la espera para besarla y pedirle una foto o un autógrafo. Cuando regresa a su casa de Colegiales, lejos está del divismo: la heladera está casi vacía y sólo tiene cactus “porque sobreviven solos”, explica. Ella bien sabe que la vida real está lejos de parecerse a un cuento, aun cuando en los últimos años le hayan pasado cosas que bien podrían ser el argumento de una historia de fantasía.

“En el sentido profesional, se dio como la historia de un musical: donde hay una chica que baila y después le dan un personaje y la llaman de la tele y todas la reconocen. En ese sentido, mi historia es bastante principesca. Lo que pasa es que yo siento que es una evolución natural por haber estudiado y trabajado mucho, y en algún momento ese esfuerzo me fue reconocido. Igualmente, sé que no les pasa a todos”.

Cuando era chica hizo cerámica, piano y danza, pero sólo esta última actividad es la que nunca abandonó. Bailó con el reconocido y prestigioso grupo de danzas y teatro El Descueve en el espectáculo Hermosura. “Cuando me llamaron, corrí seis cuadras sin parar de la felicidad que tenía”, recuerda. En esa obra bailó desnuda para interpretar a “una mina a la que no le importaba nada, que podía tirarse contra una pared y romperse toda”. También participó en Revista Nacional, un espectáculo producido por Pol-ka que recorría la historia de la revista en la calle Corrientes. A partir de allí, colegas y críticos comenzaron a hablar de ella. “Un día estrené una obra con protagonistas muy conocidos, mientras que a mí no me conocía nadie, y al otro día me levanté y en los programas de espectáculos aparecía Pinti preguntando quién era la chica que hacía de secretaria. Si la gente que vos admirás empieza a hablar de vos…”, dice y deja puntos suspensivos en su relato y abre bien grande los ojos.

En ese momento Adrián Suar la llamó para hacer de Flor, una secretaria muy absurda, en Sin código. Por ese papel ganó el premio Martín Fierro, en el rubro Revelación, y el premio Clarín en la misma categoría en 2006. El año pasado en Sos mi vida, con Natalia Oreiro y Facundo Arana, interpretó a una prima un poco despistada (Debi) y, sin esperarlo, este año la convocaron para hacer de Carmen, la mamá de Patito, su primer protagónico. En el medio produjo, dirigió y actuó junto a Virginia Kaufmann Tan modositas, un espectáculo teatral humorístico que recibió muy buenas críticas de la prensa, y al que ella define como lo más under que hizo. “Yo soy de una generación donde el under es un nombre medio romántico que se les da a las cosas que no generan las productoras. Va menos gente a vernos, o sea que tampoco está tan bueno. No es como antes, que existía el Parakultural”, define. Este año bailó en Sweet Charity, hasta que se fracturó. “Extrañaba un poco moverme”.

–¿Cómo explicás lo que te fue pasando?
–Siento que tuve una especie de iluminación. Estuve radiante en el momento en que tenía que estarlo y aproveché todo lo que tengo. No me boicoteé. Cuando pude hacer lo que sé hacer, lo hice, y después todo es trabajo. Mi carrera tuvo su momento de magia, no tuve que decir: “Por favor, déjenme demostrar lo que sé hacer”.

–¿No te dio miedo la felicidad repentina?
–Visto desde afuera, fue muy veloz, pero creo que fue tan “pasito a pasito” como cualquier otra cosa. En la tele entré haciendo un personaje muy chiquito, y que durante el mismo programa fue creciendo, y hace dos años pisé un estudio de televisión por primera vez y ahora no paro de ir todos los días a grabar. En un punto, no tiene ese vértigo porque es ir a laburar. No hay nada glamoroso en todo eso: tenés que levantarte muy temprano y trabajar once horas. En el mismo momento en que empezaba a conquistar terrenos profesionales, se estaba separando de su pareja de ocho de noviazgo y seis de convivencia.

–Es como si las cosas nunca pudieran ir juntas…

–Y, sí. Me acuerdo de que pude disfrutar de mi éxito laboral mucho después. Realmente estaba viviendo un momento personal un poco triste. La separación de alguien que amás mucho es muy triste y te opaca todo. Siempre que una pareja está mucho tiempo junta, tiene un duelo muy largo.

–¿Te volviste a enamorar?
–No sé… “No sabe, no contesta”. Estoy en esa…

–¿Eso significa que estás enamorada?
–Nunca dije que estoy enamorada… Pero sí hay posibilidades de que me cope con alguien.

–Por lo menos en el mundo de la televisión hay más oportunidades de enamorarse que en el ámbito de la danza.
–No te creas: hay muchos técnicos en los teatros, tengo muchas amigas que se fueron con los músicos de la orquesta…

–¿Harías cualquier locura por amor?

–No, he tenido bastante suerte. En general, mis amores son recíprocos. ¡Donde pongo el ojo, pongo la bala! No soy una loca a la que le gusta alguien que nunca la miró. Si me gusta alguien, es porque algo pasa, algo anda ahí en el aire.

–¿Sos enamoradiza?
–No soy de cosas platónicas. Si me gusta alguien, me gusta carnalmente. Soy bastante feliz para el amor. Me gusta disfrutarlo, no sufrir. Cuando viene complicado y sabés que no va, chau. Eso sí, soy muy pasional: si me gusta alguien, estoy a pleno, esa persona se va a enterar… Un chico al que le gusta Sandro… ¡me encanta!
Confiesa que tiene dos grandes debilidades. Sandro –en agosto Griselda presentó, en el Faena Hotel + Universe, el espectáculo Quiero llenarme de ti, en homenaje al ídolo argentino– y los zapatos. “Tengo una obsesión por los tacos. A veces no los uso, me los compro porque me gusta el objeto. Me los pruebo así nomás y no me pregunto con qué los puedo combinar. Son zapatos de fantasía, más teatrales, con mucho color o de charol. Los refinados no, más bien los de travesti. En general ando en zapatillas, pero en verano, cuando empieza a hacer más calorcito, me gusta usarlos con vestidos tipo solerito”.
Una actriz con muchas caras

“En el teatro hacía danza contemporánea, donde todo era muy austero, pero siempre hice algo que tenía que ver con el show, más con el café concert, números de humor mezclados con canción y coreografía, eso es lo que más me identifica. Siempre me imagino que de vieja voy a estar en un teatro haciendo comedia… Me defino como una artista de variedades. No sé por qué me imagino así. Tal vez después mi carrera vaya para otro lado y termine siendo una actriz dramática”.

–En Patito feo interpretás a un personaje con un estilo distinto del que venías haciendo, ¿cómo lo encaraste?

–Un poco de miedo me dio porque tengo que hacer un personaje más cercano a la gente, mucho más creíble. Creí que no iba a poder hacer un personaje normal. En la tira se usa otro lenguaje. Hay que contar una historia de amor, es una novela. Yo siempre necesito disfrazarme un poco, así que este papel es más difícil para mí. Tengo algunas situaciones humorísticas, porque yo también tengo esa facilidad y los autores la aprovechan, pero el personaje no va en esa línea. A mí me gusta meterlo porque me parece divertido, y además es una comedia, a pesar de que a mí me toque contar la historia de amor.

–¿Qué te pareció la posición que adoptó tu personaje al ocultarle a Leandro (Juan Darthés) que él era el padre de Patito?
–Yo no lo habría hecho, pero lo justifico totalmente. Carmen es una chica que crió a su hija a los 17 años, sola, en el interior del país, y que trabajaba en una feria artesanal. Cuando quiso encontrar al padre, ella le escribía cartas que él nunca recibió porque la madre de él se las escondía, y así pensó que a él no le importaba. Entonces, para mí Carmen hizo lo que pudo, ni lo más sano psicológicamente ni lo éticamente perfecto, pero hizo lo que le fue pareciendo mejor con los elementos que tenía.

–¿Cuál es la devolución del público?

–No me considero una estrella, soy una actriz que trabaja en un programa con buen rating. Pero en las vacaciones de invierno se me ocurrió ir a un shopping y tuve que salir corriendo, literalmente. Había muchos chicos juntos y me empezaron a agarrar. Tuve que correr al grito de “Yo no soy la mamá de Patito”. Así que, si usted trabaja en un programa infantil, no vaya a un shopping en vacaciones de invierno. Tampoco puedo pasar por la puerta de los colegios.

–¿Te gustan los chicos?

–Sí, me encantan. Tengo muchos hermanos –Malena, Paulina, Guido, Marilina y Leticia–. Además, di clases de danzas para niñas y animé fiestas infantiles. Ahora sí me siento más maternal, quizá porque estoy más grande. El año que viene cumpliré 30 –el 2 de abril–, así que me vino una especie de sensibilidad maternal que creí que nunca me iba a llegar.

–¿Es una presión o sólo una sensación?

–Antes pensaba que nunca iba a tener hijos y ahora es una posibilidad.

Gri en la moda

9:29, Posted by Anónimo, No Comment



fue a la inauguracion del local de natalia oreiro..su ex compañera de sos mi vda.

Me cuesta enamorarme, pero cuando lo hago me entrego por completo

19:03, Posted by Anónimo, No Comment


Dice que con Carmen, su personaje en Patito Feo, descubrió que está “preparada para ser mamá”. Hoy no sólo protagoniza uno de los mayores éxitos infantiles en la tele: también se sumó al desafío del teatro, con dos funciones diarias en el Gran Rex. ¡Ah! Confiesa que está sola porque es muy exigente con los hombres, aunque reconoce que tiene muchas propuestas y candidatos


Cuenta que no sale a bailar, que está sola, que le cuesta enamorarse, que es muy exigente... “Algunos hombres se me acercan y después se dan cuenta de que soy un embole”, explica entre risas.


–Alguna debilidad tenés que tener…

–Como muchos caramelos de menta. ¡Son mi perdición! Cuando tengo que bajar de peso dejo de comerlos. Hasta que me vuelvo a tentar...


Disculpá, pero habláme de alguna debilidad un poco más curiosa o tentadora.

–Te repito. Soy un EM-BO-LE. Griselda Siciliani (29 años, soltera, ariana, criada en Villa Luro, fan de Sandro) dice que a los 20 dejó la casa familiar –papá Norberto, mamá Ida, y cinco hermanos incluidos–. “Me divierto mucho con mis hermanas, somos muy confidentes. Antes, de chicas, discutíamos por la ropa. Me acuerdo cuando nos sacábamos las remeras. Las usábamos y después las escondíamos dobladas en el mismo lugar. El único varón entre tantas mujeres no se enteraba de nada: siempre estuvo en su mundo. No le quedaba otra… Si llegaba a ser guardabosque se moría de angustia”, recuerda. Claro que la aventura de vivir sola duró un tiempo, con convivencia de por medio, hasta que regresó a la casita de los viejos. Hoy intenta de nuevo la vida de soltera en su departamentode Colegiales: “Soy muy desordenada. En casa tengo alguien que me ayuda… y mucho. Tampoco cocino: sólo lo hago cuando hay invitados… Con la pasta siempre quedás bien, ¿viste? Si vieras la puerta de mi heladera, te darías cuenta de cómo sobrevivo: ¡está llena de imanes de deliverys!”, explica, y luego pregunta: “¿Si tengo mascotas? ¡Nooo! Sería condenar al pobre animalito. Mi papá me regaló unas plantas hermosas, que no duraron ni tres días. Lo único que sobrevive en mi casa son los cactus”. Desde que obtuvo su primer papel en televisión con la serie Sin código –Canal 13, año 2005–, la suerte no le soltó la mano. Su actuación como Flor, la torpe secretaria de Nielsen –papel interpretado por Adrián Suar–, le abrió las puertas de un nuevo mundo, al que también llegaron los premios: Martín Fierro –como actriz revelación– y otro en la misma categoría, pero de Clarín. Un año más tarde ya firmaba un contrato para formar parte del elenco de Son amores –junto a Natalia Oreiro y Facundo Arana–. “La verdad es que no me puedo quejar. Trabajé con actores muy importantes, que siempre me dieron su apoyo. Nancy (Dupláa) me ayudó mucho cuando empecé. Lo mismo me pasó con Carla (Peterson)”, explica Griselda, quien desde hace varios meses apostó de lleno a la tira Patito Feo.


–¿Cómo te sentís con el programa?

–Muy bien. Está buenísimo todo lo que experimento dentro de la historia. A mí me divierte mucho mi personaje. La forma en la que enfrenta los problemas, la de hablar, la de vestir...


–Tu personaje tiene una vida difícil...

–Sí, al principio tenía miedo de transitarlo. En el fondo es un lenguaje de telenovela, que no sabía si me iba a animar a hacerlo, pero me gustó el desafío. La historia de Carmen les resulta cercana a muchas mujeres, y eso la hace cálida. Mis personajes anteriores tenían mucha energía; éste también. –¿Cómo ves al público que sigue Patito Feo? –Hacer un sondeo en la calle es muy fácil. Los chicos enseguida te saludan con mucho amor. Además, veo que se encariñan con mi personaje, porque es una mamá a la que todo la supera, como a cualquiera. No es una madre ejemplar. Eso genera mucha ternura, y al personaje lo hace vulnerable.


–¿Cómo te hace sentir el público en el teatro?

–Es maravilloso. Desde que la gente compra la entrada ya está a favor del show. Los chicos tienen mucha energía. Y el compromiso de dar una buena función lo cumplimos siempre. Brenda y Laurita son increíbles.


–¿Recibiste otras propuestas en este tiempo?

–No... Pero me gustaría hacer otro año de Patito Feo. Tengo la sensación de que estamos empezando una historia. Es como que los personajes están en pleno auge. Me agrada pensar que va a existir una continuidad.


–Patito generó fanáticos. ¿Vos también lo fuiste de algún programa infantil?

–¡Siií... de Clave de Sol! Con mis hermanas nos juntábamos para verlo. Me involucré mucho con todos los personajes. Era llegar y prender la tele... Me divertía. Llegué a ser muuuy fanática.


–Si te hubieran ofrecido el rol de mala o de buena, ¿cuál preferirías?

–Los roles de mala son los más divertidos, total, después te podés arrepentir.


–¿La maternidad de Carmen, tu personaje, te generó ganas de ser mamá?

–Sí, me encantaría. Hace un tiempo te hubiera dicho que no, pero ahora tengo otra idea. Me siento preparada. Aunque no podría criar a un hijo estando sola. Me gustaría tenerlo formando una familia. Cuidado, que no me importaría estar casada, sería una anécdota. A la maternidad la veo como un proyecto entre dos personas. Bah, tal vez en la próxima nota te digo que quiero ser mamá soltera... ¡Nunca se sabe! Ah, me gustaría que sea nena.


–¿Ya tenés algún candidato? ¿Cómo está el tema del amor?

–El corazón está bien... El electro dio bárbaro, según mi médico (risas). Che, ahora estoy sola. Novio no tengo. Te confieso que cuando estoy con alguien es porque me vuelve loca; si no, nada, prefiero la soledad. No ando buscando por ahí. Aunque reconozco que tengo muchos candidatos.


–¿Y por qué estás sola?

–Siempre fui muy exigente. De hecho, tuve muy pocas parejas. Me cuesta enamorarme, pero cuando lo hago me entrego por completo.


–Presiento que tu carácter es difícil...

–No mucho (risas). Soy de Aries, signo de fuego. Cuando algo no me gusta necesito explotar. Soy como una pastilla efervescente: lleno el vaso de espuma y después vuelvo a la tranquilidad. El problema es que el otro queda mal, y yo a la media hora me olvido de todo.


–¿Cuál es tu cable a tierra?

–Mis hermanas. Me gusta mucho tomar un café con ellas para charlar de mis cosas. Ah, y también mis amigos. Siempre los llamo pidiendo auxilio. Ahí es cuando dicen: “¿Por qué esta chiflada no volverá a terapia?”.

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