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Gri tapa de revista LUZ

14:53, Posted by Anónimo, No Comment





“En mi vida el amor no compite con el trabajo”


Tras meses de rumores y silencios, la actriz de Patito Feo relata cómo fue el definitivo acercamiento entre ella y Adrián Suar, su ya oficial pareja. Con cierto pudor por la noticia, la joven que no para de viajar por Latinoamérica disfruta así de un presente lleno de éxito, tanto en el plano laboral como el afectivo.

Año movidito éste para Griselda… Recapitulemos: se puso de novia (nada menos que con el señor televisión), cumplió treinta, empezó a dar vueltas al continente con la gira de Patito Feo, “engordó” en pantalla para la continuación de la historia de amor entre Carmen y Leandro (Juan Darthés) y, para colmo, este mes retoma un viejo idilio: una vez por semana (los sábados en el Teatro Nacional) estará actuando en Quiero llenarme de ti, el musical - homenaje a Sandro que escribió con su amiga Virginia Kaufmann y que es un verdadero éxito de críticas y público. Algo exhausta, la joven nos recibe en el camarín de Ideas del Sur que comparte con Gloria Carrá y, mientras se quita los restos de maquillaje, matiza suavemente cualquier conclusión apresurada al respecto. “¿Mi mejor momento? Sí, puede ser, aunque admito que eso tiene mucho que ver con la mirada externa, que te diagnostica ‘todos los casilleros llenos’ y a partir de ahí postula. Gracias a Dios, en mi vida tuve más épocas de casilleros llenos que vacíos, lo que pasa es que antes la gente no se enteraba”. Así, de forma solapada, la actriz introduce uno de los tópicos que más la definen: la dicotomía entre ser o no ser… famosa. En efecto, luego de una prolífica trayectoria en el under teatral, la chica nacida en Villa Luro se dio de bruces con las mieles del éxito y del amor mediático y eso es algo que siempre trae secuelas. Su estrategia, en todo caso, sigue siendo la de mantener la cabeza fría, bien anclada en el trabajo y en las numerosas novedades que su personaje Carmen le ha deparado hasta ahora. Entre ellas, la exitosa reproducción por el mundo de la tira televisiva (incluidos los recientes desembarcos en España e Italia) y la consecuente gira latinoamericana con la que sus protagonistas conocen a sus miles de fans de diversas latitudes.
-La verdad, Griselda, ¿te imaginabas un éxito tan internacional con esta tira?
-Honestamente, ni siquiera me imaginaba la repercusión que tenemos acá… Era consciente de que teníamos un producto de mucha calidad en nuestras manos, pero en definitiva, nunca sabés lo que puede pasar con la gente. Y lo que pasó con esta gira es algo monumental, una auténtica locura.

-¿Te pasó de sentirte una suerte de beatle on tour, con gente agolpándose en las ventanillas del auto?
-Donde más vivimos ese tipo de situaciones fue en Bogotá, Colombia, un país que a diferencia de los otros de la región, transmite Patito Feo por aire y no por cable. Fue una locura. Recuerdo que los empleados del aeropuerto, -¡tipos que tenían que sellarte el pasaporte!- salían de sus cabinas para sacarse fotos con nosotros. Y cada traslado en micro era impresionante, escoltados por 10 motos de policías y con miles de chicos alrededor.

-Fuera de la satisfacción que debe producir eso, ¿no es un poco extenuante para ustedes tener que ir de acá para allá todo el tiempo y encima, grabar?
-Y… Lo que pasó este año es que desde el vamos arrancamos con todo, grabaciones y viajes, sin parar. Los chicos, por ley, tienen descanso, pero los adultos no. Trabajamos siete días a la semana.

-¿Y qué es eso?, ¿el precio de la fama?
-No sé si de la fama, pero sí de un programa exitoso. De todos modos, si bien es agotador, no creo que lo sea mucho más que un trabajo de oficina, donde hay menos plata, más stress, menos lugar para la creatividad… Me parece injusto quejarse del cansancio en esta profesión… No da.

-¿Cómo se vive afuera la pelea entre las divinas y las populares?
-En el exterior las divinas la rompen (ríe). Aunque también existe lo mismo que acá, que cuando la ven a Patito llorar empiezan a gritar por las populares… Son como sentimientos encontrados: todos aman a las buenas, pero nadie quiere ser fea.

-Hablando de eso, ¿qué te pareció la polémica sobre el “mensaje” del programa? Noticias reflejó el tema con una tapa que decía “El triunfo de la discriminación”…
-No le doy importancia. Me parece que en televisión nunca está la intención de dejar un mensaje, sino que se trata más bien de contar una historia, con modificaciones constantes. Yo lo veo más simple: arrancó el programa, el tema de las divinas pegó tanto que, bueno, se decidió ir por ahí. No sé qué dirán los autores, pero para mí, no hay más que eso.

-Convengamos que algún mensaje hay. De hecho este año tu personaje engordó mucho y se promocionó la idea de que el amor de Leandro permanece igual…
-Sí, es verdad, hay algo de eso pero, te repito, todo está sujeto a modificaciones en este medio. A mí no es que me dijeron: “en octubre, adelgazás”. Las ideas, los “mensajes”, varían todo el tiempo en tele y, de última, si las divinas “triunfan” será por identificación, no me parece algo polémico. Yendo a mi personaje, por caso, nadie quiere verse así de gorda, ¿o sí?

-Hablando de eso, este año Carmen está más virada hacia la comedia y el ridículo. ¿Es ese el lugar que más te atrae?
-Sí, me gusta jugar con la irrealidad. Te diría que es eso lo que más sé hacer, mucho más que el registro costumbrista, por ejemplo.

-¿Un tiro por elevación a Pol-Ka?
-¡Nooo!, para nada, si de hecho mis personajes más divertidos los hice en Pol-Ka. ¡Que no se malinterprete, por favor! (ríe)

-Ya que estamos en el tema, ¿cómo está tu relación con Suar?
-Muy bien, felices y enamorados los dos, y eso es todo lo que tengo para decir.

-¿Ya han hablado de temas como casamiento o convivencia?
-Mmm, falta bastante para cualquiera de esas dos cosas.

-¿Y para tu primer hijo?
-También. Si bien es cierto que ya tengo 30 y que este personaje me acercó bastante a la idea de maternidad, no lo tengo como un proyecto inmediato.

-El año pasado te pregunté sobre Adrián y negaste todo. Visto a la distancia, ¿se trató de periodismo de anticipación o nos mentiste un poco?
-Yo siempre dije la verdad. Y lo cierto es que no fuiste el único, todo el mundo me preguntó al respecto. Incluso ya en la época de Sin Código, nuestros mismos compañeros de elenco nos cargaban. Es que siempre hubo muy buena onda entre nosotros, química si querés, pero nada más que eso. Es algo muy común en la comedia, donde te cruzás con gente que te hace reír tanto que te dan ganas de abrazarlo y decirle “¡gracias!” (ríe). A mí ya me había pasado eso de trabajar con alguien y preguntarme ¿qué onda éste?

-Y en este caso, ¿qué fue lo que te produjo el click?
-Me enamoré, como cualquier mujer. Y no te creas que sucedió hace tanto, fue en el verano, cuando las revistas empezaron a hablar del tema en sus tapas…

-¿Qué es lo que más te sedujo de él?
-(Silencio largo, que interrumpe con un resoplido) Siento que cuando se trata de sentimientos, todo es más complejo y profundo que una frase en una revista. ¿Qué me enamoró? (Piensa) Todo. Y el hecho de que me resulte difícil pensarlo -no solamente decirlo- me parece signo de algo bueno. El amor supone mucha más magia que una receta encomillada.

-¿No te asusta un poco la idea de convertirte en “la mujer de Suar”?
-No, ¿por qué? Sería la más simple verdad (ríe).

-Apunto a que la gente comience a pensar que tenés trabajo gracias a…
-Mirá, no creo que eso suceda. Hasta ahora el medio en general ha sido muy respetuoso conmigo y cualquiera que se meta en Internet podrá darse cuenta enseguida que en mi vida hice bastantes más cosas que ser la novia de Adrián. No, me parece que nadie diría algo así, tendría muchos argumentos en contra.

-De todas las cosas que te están pasando ahora, ¿cuál pondrías en primer lugar?
-Mmm, me parece que van todas por carriles distintos, sin competir entre ellas. Por suerte, el amor nunca compite con el trabajo.

-Por último Griselda, ya tenés un Martín Fierro a la revelación del año. ¿Ahora vas por el de mejor protagónico?
-Y… lamentablemente, no creo que gane. Pongo todas las fichas en mi amiga Carla (Peterson). Yo mismo la votaría a ella antes que a mí.

-Epa, ¿un ataque de modestia?
-No, para nada. Creo que me merezco la nominación e incluso el premio, pero no al lado de Carla. Ella fue LA actriz de comedia del año pasado. No tengo ningún problema en admitirlo.

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